miércoles, 29 de julio de 2015

Con tan sólo un paso - Capítulo 12


12

Cedric


 

« Interés»

 

 

Anticipó con ansias mal contenidas la llamada de Perséfone. Esa promesa de conexión era entrañable por su misma existencia, le hizo olvidar hasta las más elementales tareas para continuar con su vida. Asumiendo que fuera culpa de su falta de calma y no la de la contraparte que se aprovechaba de sus atributos, aún era justificable que no hallase la tranquilidad.

 

Repentinamente despertaba en las noches y lo único que se le ocurría era abrir el foro y esperar que alguien compartiera su alegría aun desconociendo la causa. Partiendo de un punto donde se suponía un génesis hacia un amor dominado, el camino se desvió por otros lugares menos transitados por aquellos que tienen autocontrol. Las sonrisas y los suspiros iban en aumento.

 

De esa explosión de emociones, pasaron veintidós días y ya a cuenta gotas fue drenando su dinamismo. Seguía contento pero haciéndose con un mensaje que esperaba interiorizar al terminar el mes, «Perséfone no iba a llamar». No quería dejar que eso lo deprimiera, no tendría sentido que estuviese exigiendo un protocolo que probablemente sólo en su cabeza se seguía.

 

La intensión de madurar se caminaba paso a paso, permeándose por entre las hendiduras que dejaban los segundos y llenando la contención de su idealización, hizo más transitable los días que faltaban para acabar el mes. Para ese entonces estaba seguro que ya no habría más sorpresas.

 

Faltando escasas horas para comenzar el nuevo mes, el móvil vibró anunciado que tenía un nuevo mensaje. Como muchas de las tantas veces que había cumplido su tarea en el mes, esta vez tampoco causó ningún revuelo. Era notificado de un mensaje privado de Thanatos Nightmare, sólo tenía una imagen asociada a esta chica y era la palabra «entrometida».

 

«Hola, hace mucho tiempo que no hablamos. Suponiendo que aún estés prevenido conmigo, esta vez vengo a darte algo en vez de preguntarte. Una de mis amigas me pasó un video donde aparece Perséfone ensayando junto con Hades y Ares. Ya que compartimos gustos, quería ver si tal vez te interesaría verlo. »

 

No estaba emocionado de recibir ese video, si era completamente honesto y era por la arrogancia de la que perfectamente podría fanfarronear. Más que ver a Perséfone de lejos, quería estar con él y se dejaba llevar por ese deseo por el hecho de saber que ese hombre tenía la forma de contactarlo. Ya estas nimiedades no saciaban su sed de esa existencia. Aun así, cabe aclarar que si era verdad aceptaría el video sin rechistar.

 

A los pocos minutos de contestar el mensaje, ella le llegó un link para ver el video. Thanatos Nightmare le explicaba que su amiga trabajaba en el lugar donde los chicos ensayaban y que ella estaba confiando en poder aumentar la información circulante. El contenido se transformó en una alarma, su deseo de proteger lo que más quería se exteriorizó con una reprimenda a un tercero inexistente en su mismo plano. Thanatos Nightmare estaba totalmente segura que lo que estaba haciendo estaba bien, pero nunca se pudo sentir confiado de unas acciones tan imprudentes.

 

El video que abrió era corto, no duraba más de cuarenta segundos, pero con total certeza podía asegurar que eran ellos. Tener por primera vez un material audiovisual al cual dedicarle más atención, sin querer le hizo devolver un grado de su escala de avance que calculaba que tenía. A final de cuentas no importaba cuanta información suya tuviera Perséfone, si nunca lo contactaba estaba en las mismas condiciones que cualquier fan.

 

                La dinámica del video era muy sencilla pero a la vez acogedora, los chicos hablaban de los acordes de una nueva canción y durante unos segundos la cámara se enfocó en el rostro de Perséfone. Justo en ese instante la sonrisa más hermosa se posó sobre los labios de su pasión y se cortó el video. Era una pena que no hubiese sido con mayor calidad o inclusive mayor tiempo, pero él comprendía que esa chica estaba haciendo esas cosas a escondidas y no tenía todas las herramientas para hacerlo lo mejor posible.

 

                Repitió una decena de veces el video y acató esta información como la orden de un ente misericordioso que le recordaba que su papel era ser un fanático más y no un prospecto de amigo de Perséfone. No se encontraba triste o molesto por recordar su lugar, sólo un poco decepcionado de sí mismo por no haber sido capaz de entender ese mensaje por él mismo.

 

Thanatos Nightmare esa noche estaba redimiendo su asalto terrorista de la otra vez. La conversación siguiente a la explicación del video le dejó con una emoción gigante, las palabras construyeron un sueño. A sus sentidos llegó la información de un concierto en un teatro, que incluso tendría boletería. Todo ese tiempo seguía buscando confirmar de la boca de esta chica esa información, a lo que ella le envió una foto que había hecho su amiga a un pequeño tablero que estaban utilizando en el ensayo.

 

Claramente en la imagen se plasmaba la forma del teatro, de la tarima y del espacio para el público. Quién aparecía explicando la gráfica era Hades y Perséfone estaba tapando parte del tablero. Estaba cegado por la alegría y entre su descuido se dejó llevar por el ritmo de la conversación que ponía Thanatos Nightmare.

 

En las construcciones mentales a las que se había ceñido por el bien de la prevalencia de su valía, no se veía con una astuta estratega con la que formaría un equipo para no salvarse de la incursión a un mundo exclusivo de TUA. Las horas se deshicieron con una facilidad aterradora. Las oraciones que se intercambiaban seguían rondando acerca del mismo tema, pero al llegar al final de la noche la sorpresa más inesperada lo dejó parado en la mitad de la habitación.   

 

«Si quieres le puedo pedir a mi amiga que nos avise cuando es el próximo ensayo de TUA para que vayas y los mires.

» ¿En serio?

 

» Claro, yo no puedo ir porque no tengo tiempo, pero podría pasarte la fecha del siguiente ensayo y la dirección del lugar para que vayas, pero eso sí, tiene que ser el secreto de estado más grande de todos. Nadie se puede enterar.

 

» Lo juro, nadie lo sabrá. »

 

No sabía si seguir su juramento con todas las figuras religiosas que se sabía, pero esa noticia no dejaba de resonar en su cabeza. Iba a ser capaz de ir a ver a Perséfone, encontrar otro lugar que podría pertenecer a ellos dos.

 

***

 

La efectividad con la que fue convocada la gracia de la unión, se manifestó una semana después de la conversación con Thanatos Nightmare. Durante toda esa semana ella se había mostrado de lo más atenta y cordial haciéndole sentir seguro con sus palabras. La confianza que se había desarrollado era un atributo agregado a la calidad de la información que esa mujer compartía. Una vez dejaba la prevención podía darse cuenta que era una buena persona con la cual aliarse.

 

Según el contacto que tenía Thanatos Nightmare, el próximo ensayo iba a ser el fin de semana. El colocarle una etiqueta junto a una fecha y un día le daba más cara y cuerpo a la expectativa que sentía. Las intenciones de agradecerle a esta chica la labor de revitalización que hacía con él cada vez que hablaban, se esfumaba ante las evasivas respuestas de Thanatos Nightmare referentes a sí misma.

 

En ese tiempo le había propuesto que ya que vivían en la misma ciudad, fueran juntos al siguiente concierto de TUA, pero se mostró rehacía a aceptar por alguna razón que desconocía. Dejó de insistir cuando ya era claro que ella no tenía la intención de verlo por fuera de los dominios del foro. Antes de especular cualquier razón, aceptó con facilidad la voluntad de su compañera.

 

Recibió todas las indicaciones que facilitarían su arribo a la tierra prometida. Se memorizó la dirección e incluso tuvo todas las referencias necesarias de la chica con la que iba a encontrarse. Ya en su mente estaba todo calculado con extremo rigor, las miles de variables se volvían predecibles en su cabeza y no entorpecían su ideal.

 

Quedaban dos días hasta el fin de semana y a medida que se aproximaba más la hora sin duda alguna se sentía sobrecogido por los nervios. Era diferente a la otra vez que estaba más tranquilo y rebuscando entre las explicaciones disponibles, postuló que eso se debería a que Perséfone no lo había integrado voluntariamente a su actividad. Estaba trasgrediendo su espacio para posicionarse en alguna esquina de su vida.

 

Ese tiempo era conformado por millones de motivos y razones por los cuales debería intentar alejarse de ese deseado estatus de amigo. Si le seguían dando esas libertades en las que prácticamente le regalaban las ocasiones compartidas con Perséfone ¿A quién iba a hacerle el reclamo por sus ilusiones destrozadas después? Desgraciadamente ni Thanatos Nightmare ni sus otros amigos iban a hacerse responsable cuando dentro de poco tiempo su objeto de deseo le estrellara la puerta en la cara.

 

Y así esos dos días pasaron con las ideas jugando con su cordura.

 

***

 

                Estuvo unos veinte minutos antes de comenzar el ensayo, porque de esta forma se podía comunicar con la chica antes de que dejara el turno y quedar puesto en posición. El nombre de quien le estaba colaborando era Sherly, trabajaba como la secretaria del estudio y era ella quien hacía las reservaciones de las bandas que pedían lugar. Por supuesto era mujer que ya llegaba a sus treinta y cinco y la seriedad lo frenó un poco, pero dejó que la comodidad lo embargara cuando ella confirmó que su visita había sido avisada.

 

— Ellos estarán practicando en la sala ocho. Tú vas a estar esperando en la sala del tercer piso y yo te mando un mensaje avisándote cuando lleguen ¿vale?

 

— Muchas gracias, en verdad que me gustaría poderle agradecer a Nightmare personalmente, pero sé que no se puede así que te lo encargo.

 

La mujer le dio una sonrisa totalmente confusa. Incluso pensó que había cometido un error hablado sobre ello en ese lugar, quizás la estuviera metiendo en problemas. Cuando quedaron los dos en silencio, ella suspiró dándole a entender que había entendido el mensaje y que iba a dejar pasar la indiscreción y sólo respondió formalmente con palabras que lo desligaban de cualquier responsabilidad.

 

Subió al tercer piso y escondiéndose entre los mullidos cojines del sofá, se percató que estaba sudando por los nervios como nunca. Estrujó sus manos contra sus rodillas y las apretó con fuerza como para partir un palo. Tenía que calmarse, no entendía que hacía diferente esta vez a las otras que lo había visto, pero de forma clara y concreta podía concluirse que no estaba preparado.

 

Cuando faltaban cinco minutos para que fuera la hora acordada recibió un mensaje de Sherly, le estaba avisando que ya estaba entrando uno de los integrantes. Se escabulló entre sus rodillas como si de esa forma deshiciera la acción más maniaca que podría haber realizado jamás. Y justo en ese momento pensó, que entre tanta emoción no había pensado que no tenía justificación de presentarse frente a Perséfone y que probablemente no iba a ser capaz de hablar con él hoy.

 

Es mejor que no me presenté con él hoy, se dijo a sí mismo dándose un consejo para evitar enfrentarse a lo injustificable. Es que incluso no tenía nada que decirle a Perséfone, no le exigía que cumpliera su promesa de llamarlo, no le exigía que correspondiera a esos sentimientos que lo destrozaban por dentro, no quería pedirle que lo tuviera en cuenta por lastima o por cualquier otro motivo que pudiese existir.

 

Cuando hubo decidido que miraría un poco y después se iría, escuchó que alguien estaba subiendo las escaleras. En ese mismo instante salió corriendo para el baño y se escondió en uno de los cubículos. El diseño del tercer piso era algo así como un pasillo largo donde el baño estaba al final, así que no tenía escapatoria. No se paró a pensar que podía ser cualquier persona y que no tenía que esconderse, pero el simple hecho de creer que era Perséfone lo espantó.

 

Los pasos cesaron al frente de alguna de las salas de ensayo y concluyeron con el sonido del cierre de la puerta. Los pulmones se escaparon por la boca airándose de vida. Cedric salió del baño y justo en ese momento otro mensaje de Sherly llegó avisándole que ya se habían instalado todos los miembros en la sala ocho que ya podía bajar a verlos. Salió del baño prevenido no pudo sentirse preparado para bajar. Devolviéndose a su puesto en los mullidos sillones, torció la cabeza para detallar el techo y su diseño simple. Los leds iluminaban con potencia reconocible cegando su rostro pero no alcanzaba a llegar a su interior.

 

— Pensé que me había equivocado de número.

 

La voz grave y profesional de Sherly lo hizo dejar su atención en la estructura. Bajó los brazos para ponerlo dentro de sus rodillas y enfocó su mirada en la mujer que se acercaba con tranquilidad.

 

— No, sí me han llegado todos tus mensajes, es sólo que no me siento preparado a bajar.

 

— ¿Por qué? Si me dijeron que ibas a entrar a la sala a ayudar.

 

— ¿Qué?

 

                No había lógica que justificara esas palabras, en ningún momento se había planteado esa posibilidad ¿Entrar? ¿Ayudar? ¿De qué estaba hablando? Camino para acercarse a la secretaria y frunció el ceño. Al parecer había puesto nerviosa a la mujer y esta retrocedió unos centímetros tratando de recuperar la compostura.

 

— No deberías estar aquí, deberías bajar.

 

— ¿Pero a ti quién te dijo que yo iba a entrar a ayudar?

 

— No… eso es lo que interpreté cuando… nuestra conocida me dijo que ibas a venir…

               

                Desde la estratosfera se veía que estaba tratando de inventarse algo sobre la marcha, se le hizo raro que dijera «nuestra conocida» en vez de «mi amiga», o que asegurara que le habían dicho que venía a ayudar. Eso le hizo despertar de nuevo la desconfianza en Thanatos Nightmare, no podría concluir nada hasta que fuera a la sala ocho. No sabía que estaba esperando encontrar, pero si no era Perséfone no tenía por qué seguir ahí.

 

                Los escalones fueron devorados por las zancadas de sus largas piernas y los latidos de su corazón de intensificaron. Los números de los salones iban pasando según su secuencialidad y cuando llegó a la sala ocho, se quedó paralizado ante ella. Había un pequeño ventanal en la parte superior de la puerta y desde allí pudo ver la figura de Hades y Ares que estaban afinando los instrumentos.

 

— Era… verdad, aquí están.

 

                No pudo contener una risa traviesa y se quedó estupefacto viéndolos tan desprevenidos. De repente una cabellera castaña clara tapó la vista y él en seguida se devolvió varios pasos hasta que perdió la visibilidad de la sala. Ahí estaba Perséfone, en verdad había logrado adentrarse en ese espacio. Trastabilló de camino a las escaleras y subió unos escalones hasta que se sentó en la mitad de ellos. Colocó sus manos sobre su cara y suspiró varias veces.

 

                ¿Y ahora qué?

 

                — ¿En verdad no vas a entrar?

 

                 A su espalda se encontraba Sherly que recién bajaba del tercer piso. Se movió para darle espacio de que pasara y negó con la cabeza. Por supuesto que no iba a entrar, no quería convertirse en una molestia, sólo quería verlo, quería…

 

                — Está bien, sólo voy a mirar un poco más y me iré. Gracias por todo.

 

                No entendió qué era la cosa tan rara que estaba diciendo y por qué Sherly no parecía estar totalmente informada de su papel allí, pero no importaba Thanatos Nightmare había dicho la verdad y eso era todo cuanto importaba. Después de unos cuarenta minutos que se quedó dando vueltas por los alrededores, se sintió confiado de volver a mirar por la ventanilla de salón.

 

                La escena no se había movido mucho desde que hace rato que los vio. Hades estaba al parecer molestando a Ares, Thanatos estaba tomando un poco de agua y Perséfone estaba sentado al otro lado tocando unos acordes en la guitarra. Sin que su expresión cambiara se quedó mirándolo y repentinamente se sintió muy triste. Entre más lo detallaba, más lo asaltaba esa desolación de procedencia desconocida ¿Qué le estaba pasando?

 

                No hizo falta más de cinco minutos hasta que sus ojos descargaron unas lágrimas extrañas. Se secó rápidamente los ojos con la manga y de nuevo se forzó a observar a Perséfone, en ese momento todo se sintió romperse. Algo extraño estaba pasando, alargó su mano y al entrar en contacto con el aire se dio cuenta que había algo mucho más grueso que la puerta que los separaba.

 

                Su pecho se hinchó evitando que los sollozos salieran y dando media vuelta salió apresuradamente del lugar. Llegó a la recepción, se despidió de Sherly y le pidió el favor que no le contara nada a Nightmare. Apenas salió a la calle se hizo consciente de ese peso tan terrible que tenía en el pecho, sólo necesitó un poco de aire para percatarse que en su interior algo se estaba destrozando violentamente.

 

                Sus piernas decidieron el destino por él y lo único que quiso fue a ponerse a correr. No podía ver con claridad por las lágrimas pero con tal de evitar chocar con alguien, no le importaba cómo estaba la calidad de su vista.  Entre más se alejaba, más triste se sentía porque se materializaba la distancia que separaba sus corazones. Reconoció que se había sentido muy herido por no haber recibido la llamada de Perséfone, aceptó que estaba sobrevalorando su papel en esta historia y que era imposible que se llegasen a cumplir todos esos deseos que no tenían razón de ser.

 

¿Por qué tenía que ser Perséfone?

 

 

 

 

Dibujo - Perséfone

 
Dibujo del capítulo 12 de Con tan sólo un paso

lunes, 20 de julio de 2015

[Dibujo] Cedric x Perséfone


Con tan sólo un paso - Capítulo 11


11

Perséfone


 

« Por mí»

 

 

Ya las culturas por su mismo peso han otorgado a los números múltiples significados antagónicos a los cuantitativos. Entre todo ese mundo revolucionario de conceptos, se decidió que los números pueden representar la identidad de un ser humano. Bajo este mismo parámetro, el mundo conectó a las personas por el conocimiento de los dígitos correctos bajo ordenes establecidos por entes externos a la voluntad del usuario.

 

En ese momento poseía una combinación con un significado de superior alcance, un simple e insulso número de teléfono lo transformaba  en un organismo distinto. Al instante se juzgaba el aterrador poder comunicativo del Homo Sapiens Sapiens. Se constituía como una civilización dependiente de los números para existir; era interesante darse cuenta como un concepto abstracto como lo son los dígitos, transforma la realidad del mundo entero.

 

No estaba exagerando con toda esa reflexión histórica y subjetiva acerca de la importancia de este concepto intangible, lo que estaba sucediendo era la organización de un terror naciente y destructivo del que recién decidió presentar a su corteza frontal.  La interpretación de la escena en donde su participación fue orquestada por el más cruel de los dioses disponibles en el momento, lo dejó desprovisto de cualquier muro de contención.

 

El descubrimiento se reseñaba como «el miedo a no volver a ver a Cedric».  Bajo ningún modelo cosmogónico se había imaginado que fuera Cedric quien no volviera a aparecer, ya que cobijado por una arrogancia propia del que reconoce su papel protagónico, había asumido que siempre iba a tener la posibilidad de acceder a una conversación con él.

 

Tres meses fueron suficientes para darle una fructífera cartilla donde la experiencia le explicaba que nada podía asegurarse ni poseerse. Por lo que asimilando lo artero de su personalidad,  desveló el fragmento que recubierto por un fino lienzo de impotencia, gritaba con desesperación que quería asegurar a Cedric para sí.

 

De conocimiento público era que rechazaba las atribuciones desmedidas que atentaran contra su imagen, esto refiriéndose a las idealizaciones. Conservando en su mayoría estas construcciones de las estructuras relacionales, se planteaba nuevas fórmulas de cimentación para lo que antes consideraba tan imposible de asimilar.

 

            Entre las muchas ideas que corrían por el laberinto de sus circunvoluciones, se percató que al momento de tenerlo al frente, la única cosa que pudo concebir fue el integrarse al estadio de la confianza. Tan desesperado se había encontrado que por medio de su seudónimo en el foro, se arriesgó a forzar su encuentro con el fin de confirmar identidades.  En este momento ya podía asegurar la retención de la identidad virtual de Cedric.

 

            No tendría el descaro de negar a quien supiera tan cuestionable gestión que durante esos tres meses había estado mirando de cerca por medio de su camuflaje cibernético, todos y cada uno de los comentarios de P-shadow y se iba haciendo a la idea que pronto tendría que cambiarse el seudónimo a New Face-Stalker.  

 

            La agitación que sintió cuando los mensajes surcaron la materialidad y se posaron por medio de distintas herramientas en sus saberes preconcebidos, fue fácilmente aplacada cuando Cedric pareció molesto por las palabras que había mencionado sin ninguna mala intención. Su idea de tranquilizarlo haciéndole saber que alguien más había ido a verle antes y que no había sido su culpa la filtración de la información, se transformó en el rechazo de su invitación a entrar.

 

Ahora concretar una cita, ese objetivo que por irracionalidades de los locos faltos de sensatez, se había postrado en la lista de tareas a realizar. Quería evitar que se concretara ese encuentro, estaba aterrado por su actuar lleno de vacíos perceptuales. Quería pedir ayudar, alguien que le explicara que era todo eso que estaba sintiendo. Quería saber… por qué el profundo color azul de los ojos de Cedric era lo que amalgamaba con el estado de ansiedad y carencia.

 

***

 

— Todavía no he recibido una respuesta de la disquera, pero sin duda alguna estaremos en la mira para concretar el contrato.

 

Quien hablaba era Tiphany, la manager que cada vez elaboraba más sus deseos de grandeza. En aquella ocasión estaba vestida con un traje formal de color azul oscuro y el cabello recogido en una trenza que se enrollaba en sí misma. Los largos dedos que manejaban la Tablet, se orquestaban con agraciadas maneras junto con sus palabras.

 

Dylan estaban reuniendo las palabras que quería entregarle a Tiphany con intenciones logísticas y administrativas. Podía decirse que el que guiaba las necesidades de TUA a su saciedad, era ese hombre dedicado. Enzo se levantó de la mesa y salió de la habitación. Nadie fue a perseguirlo ni se interesaron en los motivos que lo llevaron a salir de la reunión.

 

— Ya con esto tienen luz verde para hacer el concierto en el teatro que Dylan me comentaba que les ofrecieron. En lo posible deberían realizarlo antes de octubre.

 

— Dylan, tengo una pregunta ¿El concierto va a tener boletería por localidad?

 

— No estaba pensando que hubiese VIP o general en un teatro tan pequeño, pero si quieres, podría pensarse en algún beneficio para unos pocos.

 

— No, tienes que preocuparte por eso, es mejor no forzar eso. Creo que lo más significativo del concierto sea darle a los fans algo más elaborado.

 

Eran las consideraciones de  Damien lo que le dio esa idea terrorista. Si él llegase a tener un tratamiento especial con Cedric que le permitiera estar en primera fila, le daría la oportunidad de estar sobrecogido por la mirada de ese hombre.

 

            — Las sillas deberían estar enumeradas.

 

            — ¿Sillas? El concierto va a ser sin ellas, de otra forma no proyectaríamos correctamente la cantidad de personas que podrían venir.

 

— ¿A quién quieres guardarle puesto? — Damien preguntó con inocencia, sin pisca de malicia, ni malas intenciones.

 

— A… mi mamá.

 

     ¡Claro! Tienes toda la razón sería la primera vez que tu mamá estaría un concierto tuyo. — Dylan sonrió con calidez.

 

— En ese caso creería que podríamos dejar a tu mamá detrás de bambalinas con un asiento para que te perciba mejor ¿qué te parece?

 

— Perfecto… gracias.

 

No, era imposible ya querer decir la verdad. La presencia de su madre era indispensable, pero no estaba cubierta de esa forma. Cómo asegurarse que dentro de trecientas personas Cedric iba a estar. Sentía la necesidad de confirmar algo de lo que no tenía ni idea de qué se trataba. Ya había compuesto la canción, ya los motivos racionales y necesarios se habían esfumado y aun así estaba más obsesionado que antes de componerla.

 

            Luego de dos horas, la reunión culminó y lo único que pudo pensar fue en retener a Dylan. No era porque no confiara en Damien, era su mejor amigo después de todo, pero una corazonada le llevó a querer consultarlo con él. Alguien debía explicarle a qué se debía esa sumisión que sentía por esos ojos azules, por la distancia que siempre existía al mirarlos frente a frente. El tener que alzar la mirada para hallar esas ventanas que lo llevaban al universo personal de Cedric, era totalmente extraño y fascinante, o bajar la mirada desde el escenario para encontrarlo era un evento lleno de ansiedad.

 

            — ¿Podemos hablar?

 

            — Cuéntame, ¿Te molestó algo en especial de la reunión?

 

            — No… es sobre otra cosa que estoy seriamente molesto y no sé con quién hablar.

 

            Quizás fue el tono brusco con el que lo dijo, pero la reacción de Dylan fue dar un paso hacia atrás. Instintivamente creyó que iba a ser golpeado por Thom, cosa que obviamente descartó cuando los ojos grises se contorsionaron en diversas figuras que danzaban a la interpretación de la desesperación misma.

 

— ¿Recuerdas a la persona que les comenté que estaba buscando para componer la canción?

 

Era una pregunta retórica, pero el tiempo en donde se supone que continuaría el resto de entramado demoró en aparecer, haciendo dudar a Dylan si debía contestar o no.

 

            — Hace tres meses se enteró en donde trabajo y me visitó… gracias a ese encuentro se pudo concretar la canción… se supone que ya no debería necesitar entablar conversación con él, pero hace unos días se volvió a presentar y me di cuenta que he entrado en un bucle que me lleva tener que hablar con él. No me entiendo, ya no tienen ninguna utilidad para mí, pero necesito asegurarme que no se va a ir.

 

            Dylan se recostó contra el espaldar de la silla y se quedó estupefacto con esa confesión. No era normal que se presentara el hombre más prevenido del mundo hablando de que un simple aparecido había derrumbado sus barreras. Thom era de la última persona que se esperaba escuchar la palabra «necesito» refiriéndose a otra persona.

 

            Se entrecruzaron en su cabeza todo el desfile de las posibles respuestas que debía darle. Desde que las menos abrasivas hasta las más controversiales se paseaban, pero ninguna era lo suficiente valiente para hacer su entrada a la garganta de Dylan, así que el silencio continuó sacudiendo las fibras de los presentes.

 

            — Estoy harto de esta sensación de ansiedad constante.

 

            — ¿Estás enamorado de él?

 

— No soy tan imbécil como para no saber si alguien me gusta o no. La sensación es totalmente distinta, no es el típico calor que sientes en el estómago, los latidos rápidos o los deseos de monopolización. Es algo totalmente distinto, nunca antes había sentido algo tan terrible nunca, es como si un monstruo se me estuviera comiendo las entrañas. Sin él no estoy bien, pero junto a él estoy peor.

 

No tenía ni la más remota idea del efecto que tuvo esa última oración en Dylan. Desde su punto de vista era probablemente el estado más puro de enamoramiento que hubiese visto en alguien, pero si él mismo se negaba esa posibilidad ¿Qué debía responder entonces?

 

— Debes tener una idea aunque sea de por qué no quieres que se vaya ¿verdad?

 

— Sí… eso creo… es la persona que tiene la capacidad de inspirarme a componer, en este momento ya no me siento capaz de hacerlo por mi cuenta.

 

— ¿Él acaso te da ideas, te guía?

 

— No… sus ojos… algo tienen que sencillamente me hacen fluir las ideas estancadas. Si tan sólo los ojos de ese tipo vinieran por aparte del cuerpo, sólo los necesitaría a ellos y no a él.

 

— ¿Qué sentiste cuando lo viste después de tres meses?

 

— Yo anticipé eso… yo forcé ese encuentro, pero de todas formas no estaba preparado. Al comienzo, cuando pasé la puerta y lo vi parado, no sentí nada. Quizá fue debido a que no había visto sus ojos, pero en el momento en que nuestras miradas se encontraron, la ansiedad más terrible e inexplicable me invadió. Quería… con franqueza te digo, quería pegarle un puño, quería pegarle una patada, quería hablar con él, quería cortarle los pies para que nunca se fuera, todo eso al mismo tiempo y en ningún momento esas sensaciones fueron agradables.

 

Las ideas que iba hilando tratando de hallar una explicación se fueron perdiendo en el océano de la amargura de su amigo. ¿Cómo era posible que se obsesionara tanto con una persona que apenas había visto unas cuantas veces? Para él era posible debido a que se concebía como un hombre de fácil amar, pero Thom, quien apenas si había sanado la cicatriz dejada por la ruptura de su amor de hacía cuatro años, ahora era un manojo de un ente desesperado de atención.  

 

¿Y si eso no era amor?…

 

— ¿Pasó algo más?

 

— No… o sí, le pedí su número, le dije que lo llamaría para concretar una cita. Todo eso pasó porque él rechazó mi invitación a tomarse algo en el bar y entré en pánico.

 

— Y ahora no quieres verlo ¿me equivocó?

 

— No… no quiero verlo, prefiero saber qué me pasa antes de enfrentarlo y que mi relación con él se vuelva algo extraño que no sepa controlar.

 

— ¿Él tiene tu número?

 

— No.  

 

— Te digo… amigo no te preocupes. Estás estresado y asustado, nada más. Tienes ansiedad porque estás teniendo un periodo de estancamiento con tu composición, así que la interacción con este chico al parecer te hace creer que lo necesitas para componer, pero no es cierto. Él es un aparecido de hace unos meses, y TUA ha estado bastante bien sin él durante estos tres años. Sólo es el miedo que tienes de no poder componer bien.

 

— Claro… tienes razón, debe ser eso. De otra forma no habría otra explicación a por qué tiene que estar presente.

 

— En ese caso, sólo te puedo aconsejar que cuando lo veas, pongas bien cuidado a cuál es el efecto que tienen sus ojos y lo interiorizas para recrearlo cuando lo necesites. La creatividad no se encuentra en otros, ella reside en cada uno y resuena ante los estímulos y estos se pueden simular así que nada es indispensable para inspirarte. No te preocupes, estarás bien.

 

La mano de Dylan agarró con firmeza el hombro de Thom y le dio unas palmadas de apoyo. En respuesta Thom chocó su palma contra el pecho de su compañero y se quedó viéndole dejar la habitación. Cuando se quedó solo, soltó un fuerte suspiro y apretó los puños contra sus piernas. No podía controlar la ira que sentía hacia sí mismo. ¿Qué lo había llevado a depender de un recién aparecido?

(Resumen/reseña Película) Night Flight - 2014 - temática gay


Buenas y santas y muchas tantas.
Después de muchísimo tiempo desde que hice la última reseña, les vengo a compartir mis pensamientos/sentimientos respecto a esta película coreana. Quiero decir en primer lugar que esta película hay que verla con una caja de pañuelos, mucho tiempo libre y ganas de romperse la cabeza tratado de conectar todas las escenas.
 
Debo aclarar que estaba haciendo una maratón de películas de temática gay tailandesas, y casualmente apareció esta película. Yo venía de ver el lindo final de Love's Coming y dije, bueno sigamos con la racha de cosas lindas y le di la oportunidad a esta película. Dos horas y media después, estaba casi atragantandome el papel higiénico mientras trataba de no morir por las lágrimas. Quizás porque esta película me cogió totalmente desprevenida fue que me pegó tan duro.
 
 
Bueno comencemos con la reseña/resumen o lo que sea que sea que hago yo aquí.
 
La película se desarrolla en la preparatoria y quienes protagonisan esta historia son: Yong-Joo, un estudiante con muy buenas calificaciones y  Ki-Woong, el lider de una banda de pendencieros de la preparatoria. Durante alrededor de la primera hora, uno ni se debe esforzar por entender algo, porque sencillamente nada aparentemente parece estar conectado. 
La metodologia del desarrollo de la película es hacer un collage de escenas y uno debe hacer todo el esfuerzo por buscar las conexiones. Realmente al final es que te cuentan todos los detalles por los que todas las 2 horas de película anteriores no parecían tener sentido en las bases de la trama.
Bueno el comienzo de la película se encarga de ambientarte en su mayoria desde el punto de vista de Yong-Joo quien tiene un amigo otaku  (la verdad no recuerdo los nombres de la mayoría así que los omitiré para terminar con esta reseña).
 
Yong-Joo muestra una inexplicable obsesión hacia Ki-Woong, quien cabe resaltar es una persona supremamente agresiva y que en la película la mayor parte del tiempo no se toman la molestia de explicarte por qué. Debo reconocer que este persona apesar de que casi no tiene dialogos en la película y que su mayor participación es simplemente presencial, te causa la mayor cantidad de emociones a través del tiempo. Te sumerges en una curiosidad insana de saber qué pasa por su cabeza y yo llegué a un momento en donde le gritaba a Yong-Joo "deja a ese tarado, no lo busques más".
Tú no te enteras qué es lo homosexual de Yong-Joo hasta que hay una escena en la terraza de un antiguo bar gay que ahora está cerrado y que está junto a otro chico que apareció de la nada. En esta escena comentan que se conocieron gracias a una aplicación que identifica a los gays que estén a 300 m. En esta escena sueltan la primera "pista" acerca de por qué Yong-Joo está obsesionado con Ki-Woong. Todo es un muy fluido y te deja captar a la primera cómo se va constituyendo la historia.
Después cuando Yong-Joo visita una tienda de ramen en donde suele comer Ki-Woong, este termina envuelto en una pelea y le roba la bicicleta a Yong-Joo. Al comienzo de la película se muestra este argumento para justificar por qué comenzó Yoong-Joo a buscar a Ki-Woong y "es para que le devuelva la bicicleta".

A partir de este punto, todo es un cúmulo de información que te cuenta cómo se constituye la banda de Ki-Woong en el colegio, te cuentan que esta banda le hace bullying a el amigo otaku de Young-Joo. Esto fue supremamente confuso ya que no te enteras de la mayoria de la acciones de los personajes. No quiero entrar en mucho spoiler porque la idea es que se vean la película.

Por otro lado debo recalcar que hay unas escenas de Ki-Woong que me causan muchísima curiosidad y estas son cuando está en su casa y cuando prende el televisor está viendo Shin-chan y es de las pocas veces, mas bien, las únicas veces que lo ves sonreír. Y terminas confundiendote muchísimo más con este personaje, porque parece supremamente perturbado pero en esos momentos muestra inocencia y desconexión con el mundo complicado en el que vive.


 
Ya hablando especificamente de esta escena, yo no sé por qué me caló tanto la frase de "Enamorarse de un hetero es como tomar veneno para ratas". Todo lo engorroso que conlleva en esta película que termines plantenadote seriamente cómo es la manifestación del amor te hace entender completamente el significado de esas palabras. Al comienzo te tomas muy cliché el hecho de que mencionen las limitaciones de un hetero y un gay, etc, pero aquí se trasgrede esos detalles para plantearse que la única forma de salvarse la mísera existencia es por medio de otro. (en serio que si uno fuera cualquiera de estos personajes, estaría necesitado de amor)
 
 
Ya adentrandome en escenas específicas, yo tengo 3 escenas en las que puedo decir que fue donde más lloré. La primera fue toda la escena que conllevó a la entrega de la bicicleta. Ki-Woong trabaja como repartidor de pizzas y Yong-Joo le hace ir a la casa a entregarle un pedido. Es una escena supremamente compleja ya que no entiendes por qué afectó tantísimo a Ki-Woong que le botara un tennis blanco además de todo lo que le mostró en la casa y que eso hace que desencadene en que le devuelva la bicicleta.
 


 
 
Es una escena que expresa tantísimas cosas apesar de que no la entiendas, que realmente la aprecié mucho.
 
La segunda escena es la escena en donde Ki-Woong crea un gran revuelo en el colegio mientras busca la memoria SD de la cámara de Yong-Joo. En esta escena vemos cómo desencadena toda la furia, en donde la naturaleza del dolor se materializa en los gritos y en los puños de Ki-Woong.  Yo me morí en pedacitos cuando vi esto...
 
 
 
 
Basicamente cuando todo termina la escena uno queda sin fuerzas de pensar en siquiera que algo como felicidad existe. Es un mundo tan terriblemente cruel que incluso dudas que algo en este lugar deba conservarse.
 
 
Y la última escena es la final, en donde está Ki-Woong en el hospital y Yong-Joo le comenta que va irse a vivir a un pueblo en las montañas. Esto fue ocacionado a un problema de gran envergadura que lastima a Yoon-Joo.  A lo que vemos a Ki-Woong pidiendole que no se vaya y él confieza que:
 
 
 
 
Esta oración adquiere un significado mucho más destrucctivo cuando recuerdas la escena en donde  ellos rompen contacto.
 
Mis sentimientos en esta película pasaron desde la confusión hasta el dolor más profundo. En un primer lugar apesar de no entender muy bien el problema de Ki-Woong con  su padre, te trasmite lo duro que ha sido la vida para él y su mamá desde que sucedieron los eventos que los llevó a separarse.
 
Por otro lado, uno queda asqueado de la concepción exageradamente capitalista de la educación, debido a que sin importarle si los estudiantes son matoneados o si son problemático o cualquier factor, en lo único que se enfocan es en que estudien. Es espantoso.
 
Al final, te llega el sentimiento más desolador y es que no te decides si que estén juntos es lo mejor o separados. Yo llegué a esa conclusión después de plantearme el futuro de ellos una vez salieran de toda esa mierda. Y al final no pude imaginarlo.
 
Debo decir que esta película es una de las joyas más destacables que he visto. No sé si es por mi estilo existencialista, dramático y niilista de la vida, pero realmente apercié cada minuto de esta película.
 
Se las recomiendo, es la mejor inversión de tiempo que podrían hacer en estos días.